Desarrolladora: Ubisoft Montreal, Griptonite Games

Distribuidora: Ubisoft

Fecha de lanzamiento: 20 de noviembre de 2009

Género: Acción-aventura

Modo de juego: Un jugador

Clasificación PEGI: 16 +

Plataforma: PlayStation Portable

Info extraída: Wikipedia

Nos encontramos ante el primer título de la saga Assassin’s Creed que ve la luz en la portátil de Sony. Cronológicamente, esta entrega se sitúa entre los hechos acontecidos  después del primer Assassin’s Creed, pero antes de que ocurran los de Assassin’s Creed II.

En esta ocasión, toda la acción se desarrolla en la isla de Chipre, donde tomaremos una vez más el papel de Altaïr, quien ha viajado desde Tierra Santa para asesinar a los últimos restos de los templarios. Armand Bouchart se ha convertido en el líder de estos, y busca el «Fruto del Edén», lo que le permitiría controlar las mentes de las personas y someterlas, pero Altaïr no está dispuesto a dejar que eso ocurra, por lo que pasará a la acción y tratará de impedirlo por todos los medios.

Antes que nada, me gustaría comentar que es el primer título de la saga que he catado, por lo que las apreciaciones que aquí se recogen no están sujetas a ningún tipo de comparación con los títulos para las consolas de sobremesa. Dicho esto, comenzamos:

A medida que se avanza en el juego, cada misión completada, va dejando tras de sí cierto sabor agridulce. La repetitividad con la que se completan, la poca variedad, dan la sensación de estar haciendo todo el rato lo mismo. Suerte que existen algunas misiones secundarias que, si bien no son decisivas para el desarrollo de la historia, hacen que nuestra andadura por estas tierras se haga más llevadera.

En ocasiones, y más especialmente durante los combates, la cámara tiende a hacernos la puñeta, mostrándonos puntos muertos o colocándose de tal forma que nos resulta difícil dar matarile a nuestros oponentes…

Siguiendo con los fallos, existen algunos graciosos, como el hecho de que aparezcan edificios invisibles de la nada o que Altaïr pueda, en ocasiones, atravesar paredes, aunque sólo lo haga parte de su cuerpo, y generalmente en los combates.

Gráficamente, debemos tener en cuenta las limitaciones de la consola, ya que no podemos esperar lo mismo de la portátil de Sony que de su hermana mayor, aunque el resultado es bastante vistoso.

Con todo, este Assassin’s Creed: Bloodlines no es del todo un mal juego, quizás no esté a la altura de otros títulos de la saga, aunque esto no me corresponda a mí decirlo. Lo que sí que es cierto es que como juego de la PSP resulta un tanto decepcionante, aunque quizás sea lo que me comentaba wabo, y que viéndolo en conjunto como parte de la saga obtenga su verdadero significado. O tal vez no…

Y ya que he mencionado a wabo, os recomiendo que le echéis un vistazo a su análisis, ya que cubre otros puntos que no me he atrevido a mencionar aquí; pero como ya sabéis, ésta sólo es mi humilde opinión…