Twitter antes molaba

Twitter antes molaba

Twitter nació en 2006 como red de microblogging. El panorama desde entonces ha cambiado mucho…


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Desde que comencé mi primera andadura en Twitter, allá por 2008, he visto cosas que vosotros no creeríais; que diría Roy Batty. He visto cómo era Twitter sin RT ni hilos interminables. He visto cómo era Twitter cuando los Follow Friday todavía tenían sentido. He conocido Twitter mucho antes de que le entrara la obsesión por convertirse en Facebook, cuando los «me gusta» todavía se llamaban «favs» (aunque algunos los sigamos llamando así). ¿Y sabéis qué? Era maravilloso.

Esta entrada llevaba mucho tiempo en borradores. Tanto, que es posible que haya olvidado qué era lo que en aquel momento quería decir. Sin embargo, sé lo que quiero hacer en ella en este instante: quejarme. ¿Para qué se creó Twitter si no era para quejarse? Si no era esa su premisa principal, y viendo cómo lo usamos usan algunos, cualquiera diría que Twitter es el lugar al que todo el mundo va a quejarse. De lo que sea.

No sabría decir cuándo comenzó exactamente el declive de Twitter, aunque sí sé que fue mucho antes de que pudiéramos ser llevados a prisión por tweets fuera de contexto o de dudoso gusto. Dejando al margen cuestiones políticas, la gran pregunta es la que sigue: ¿Para qué sirve Twitter realmente? Tal vez el problema sea que su función no esté definida del todo. ¿Para qué sirve Twitter? ¿Para estar informados? ¿Para hablar de tu día a día? ¿Para discutir con gente que ni conoces ni vas a conocer? Todas las respuestas son correctas. Ninguna de las respuestas anteriores es correcta. La pregunta «¿Qué estás haciendo?» puede abarcar un abanico de posibilidades. Puede que el conflicto no resida en intentar buscar una respuesta al porqué de Twitter, sino en el hecho de pensar que la gente utiliza Twitter de la misma forma que nosotros. Y no es así.

Durante mi estancia -si podemos llamarla así- en esta red de microblogging, he podido observar distintos tipos de comportamientos. De usos. De personas. Entre todos ellos, me gustaría mencionar a aquellos «gurús del social media» o «cansinos» como a mí me gusta llamarlos. Cansinos porque además de meter un mínimo de 8 hashtags en todo lo que tuitean, lo único que buscan es que su número de seguidores sea el más grande posible. Por aquello de ser influencer y tal. Para conseguir esto, recurren a la técnica del followback: comienzan a seguir a un porrón de usuarios al mismo tiempo con la esperanza de que esas personas les devuelvan ese follow, para más tarde, independientemente de que lo hagan o no, dejar de seguirlos. Estos gurús -y los no tan gurús- que usan la técnica del follow por el follow, no aportan nada. ¿Cómo pretenden ser influencers si por mucho que tengan X seguidores no les hace RT ni el tato? ¿Cómo esperan llegar a más gente si a esos seguidores les importa más el follow que el contenido que puedan compartir? El follow hay que ganárselo.

Hubo un tiempo en el que Twitter no contaba con la función de retuit de forma nativa. Por aquel entonces, nos las apañábamos con el RT manual, que básicamente consistía en copiar el tweet pero indicando al inicio que se trataba de un retuit y mencionando a la persona del tweet original. Por ejemplo: RT @usuario: Este es el tweet original. Twitter fue creciendo, y a medida que esta práctica se extendía, Twitter decidió implementar el RT. Aunque hoy en día hacer RT es algo habitual en Twitter, hay quien sigue empeñado en utilizar el RT manual con el único fin de llevarse la gloria. Existe una variante de esta práctica, la de sacar un pantallazo del tweet en cuestión y adjuntarlo a modo de comentario. Si lo que se busca es indicar nuestro desacuerdo con lo escrito por el autor original, existe la función de citar el tweet y poder añadir al mismo RT un comentario indicando nuestra repulsa -o aprobación, según toque-. ¿Por qué utilizar esa opción cuando podemos adueñarnos de algo y venderlo como nuestro? Una práctica deleznable.

Están quienes asocian su cuenta de Twitter con todos y cada uno de los servicios que utilizan, lo que genera un timeline de tweets automatizados. Esto nos puede llegar a crear la duda de si esa persona a la que seguimos es realmente una persona o un cylon. En los buenos tiempos de Foursquare, podía llegar a ser un incordio. Pero ya que estamos hablando de automatización de tweets, hablemos de uno de sus damnificados: los follow Friday. Para quien no lo sepa, los follow Friday consistían en utilizar la etiqueta #FF para recomendar usuarios que, bajo nuestra humilde opinión, eran merecedores del follow. Esta práctica dejó de tener sentido no sólo en el momento en el que surgieron aplicaciones que los hacían de manera automatizada basándose en los usuarios con los que teníamos mayor número de interacciones, sino también cuando comenzamos a hacerlo de forma masiva. Lo ideal sería mencionar un usuario por cada recomendación, pero cuando los #FF se convirtieron en una forma de lamernos el culo los unos a los otros perdieron la gracia. Aparte, hoy en día tiene cuenta de Twitter hasta el perro del vecino del quinto, por lo que resulta más difícil encontrarnos con alguien que no tenga cuenta de Twitter que con alguien que la tenga.

Algo que últimamente parece haberse puesto de moda es crear hilos de Twitter hablando sobre un tema y mandar 20 tweets en menos de 5 minutos. Por eso no paso. En mi Twitter, hay temas que nunca trato, tales como política y religión. ¿Significa eso que no esté al tanto de lo que ocurre? ¿Significa eso que son temas que no me incumben? Nada más lejos de la realidad. Que no hable de esos temas en mi Twitter no significa que no me interesen, significa que he elegido no hablar de ellos. Punto. Tan simple como eso: se trata de una decisión. ¿Por qué tomé esa decisión? Porque uno de los mayores inconvenientes de escribir en 140 caracteres -o menos- es que resulta imposible matizar. Twitter está bien para reflejar pensamientos en un momento concreto, pero más allá de eso, Twitter se queda obsoleto ya que lo que prima es la inmediatez. Uno de los atractivos de Twitter es precisamente la brevedad y lo inminente; si lo que queremos decir no entra en 140 caracteres -o menos-, tal vez Twitter no sea el lugar apropiado para expresarlo, existen otras plataformas como WordPress, Blogger o Tumblr que además, ¡son gratis!

Qué tiempos aquellos en los que el logo de TweetDeck era amarillo. Qué tiempos aquellos cuando aplicaciones de terceros permitían silenciar palabras o usuarios; hasta que Twitter capara su API y nos obligara a usar su mierda de aplicación para teléfonos móviles. Qué época aquella cuando pedían «RT si…» o «fav si…», antes de que llegaran las encuestas y la gente las siguiera utilizando para la misma mierda. Al menos los de arriba han decidido quitar la restricción de los 140 caracteres. Más o menos.

La red del microblogging, que empezó siendo no más que una cosa para frikis, se ha convertido a día de hoy en una herramienta imprescindible para estar al día tanto para esos frikis, como para los no tan frikis y para todo el mundo, en general. Para mí, Twitter sigue siendo un punto de encuentro, un lugar donde lo importante es la interacción, aunque parece que todavía hay quien no se ha enterado de esto último. Al final, la utilidad de la herramienta depende del uso que los usuarios hagamos de ella, quedando en nuestras manos la buena praxis de utilizarla de una u otra forma.

  1. Calculin

    febrero 16

    Twitter murió en 2012 aproximadamente que fue cuando la mayoría de famosetes se crearon cuentas verificadas, empezaron a salir sus tweets en las noticias y los programas del corazón y toda la horda de espectadores que los años anteriores se hicieron una cuenta de facebook para cotillear a la vecina desde cama, empezaron a hacerse una de twitter para lo mismo; pero con famosos.

    Luego aparte llegaron todas las corrientes de pensamiento y críticas sobre multitud de temas serios y de actualidad. A mi me resultan interesante y sigo aprendiendo con ellos, pero ha convertido twitter en un red social de asuntos serios la mayor parte del tiempo cuando antes era una red social donde divertirse y hablar de aficiones con gente afín.

    ¿Qué se le va a hacer?

    • Ariane Lazaga

      febrero 16

      Tanto como decir que ha muerto tampoco, pero que no es lo que era creo que es cierto, para bien o para mal.

      Sobre lo de los temas serios, por eso digo que tal vez Twitter no sea el mejor sitio para discutir esas cuestiones, porque entre los 140 caracteres y las menciones de la gente que se meta en la conversación es imposible seguir según qué hilos…

      Podemos seguir usándolo como mejor nos parezca. ?

  2. Calculin

    febrero 18

    He empezado lo de filtrar palabras para limpiar mi TL, lo que pasa es que aún así no es 100% efectivo porque tendría que poner palabras que pueden usarse en otros temas así que algo siempre se cuela. Pero he reducido un 50% los tweets de indignación.

    • Ariane Lazaga

      febrero 21

      Hombre, lo de filtrar palabras es útil especialmente si se trata de algún hashtag específico o una palabra muy concreta, tampoco nos vamos a poner a filtrar palabras comunes como «el» o «una»… ?