Orphan Black: ‘From Instinct To Rational Control’ (y algo más)
Continúa la búsqueda de respuestas de Sarah Manning y sus sestras en esta nueva entrega de ‘Orphan Black’. ¿Le damos juntos un repaso a lo acontecido hasta ahora?
¿Recordáis cuando dije que esta temporada no iba a tener tiempo para hacer las reviews? Mentí. No del todo. Es cierto que no he publicado nada relacionado con los capítulos anteriores, pero ha tenido que ser este From Instinct To Rational Control el que me ha impulsado a escribir un artículo comentando lo mejor -y lo peor- de lo visto en este episodio, y por qué no, en lo que llevamos de temporada. Aunque esta entrada no pretende ser un resumen del episodio, el cual doy por hecho que habéis visto si estáis leyendo esto, sino más bien un comentario más o menos extenso de lo visto hasta ahora en esta temporada -y en parte de las anteriores-.
Volver a los orígenes le ha sentado mejor de lo que esperaba a Orphan Black. A pesar de considerarme una incondicional de la serie, debo reconocer que la tercera temporada y por ende, la línea argumental de los clones Castor no me entusiasmó demasiado. Quizás desde el punto de vista argumental tuviera sentido introducir la existencia de otro experimento con clones masculinos, aunque solo fuera para enlazarlo con el hecho de que el donante para ambos experimentos fuera la misma persona, Kendall Malone, madre biológica de Mrs. S y que además padece del trastorno genético conocido como quimerismo. Sin embargo, decir que el Project Castor fue lo peor de la tercera temporada no sería del todo justo. Incorporar los clones masculinos fue un movimiento arriesgado, aunque quizás lógico para el desarrollo del argumento principal. El problema no fue que Ari Millen no estuviera a la altura -quien sí que estuvo, en mi humilde opinión-, sino el hecho objetivo de que Ari Millen no es Tatiana Maslany. Y a estas alturas, todos sabemos que Orphan Black es sinónimo de Tatiana Maslany, le pese a quien le pese. La serie comenzó con las clones Leda, y cada vez que conocemos a una nueva, la calidad del trabajo y del talento de Maslany se ven reflejados en pantalla, siendo esto precisamente lo que a muchos de nosotros nos enganchó a la serie en primer lugar. Dicho esto, comenzar la temporada con Beth, poco antes de que sucediera el incidente con Maggie Chen -caso en el que se centró gran parte de la primera temporada- nos ha permitido conocer mejor el background del personaje y a su vez, a una nueva clon: M.K., la fuente que puso a Beth al tanto de sus clones y de algo llamado Neolution. M.K. parece tener un acento del este de Europa, parecido al de Helena, aunque más tarde hemos podido descubrir que resulta venir de un poco más al norte. De Finlandia, más concretamente. Parece que ahora todo cobra sentido, ¿verdad? Helsinki se mencionó por primera vez en la season premiere de la pasada temporada y en este episodio hemos podido confirmar que se trató de una operación de limpieza de la que se ocupó Ferdinand, de la que solo salió con vida M.K., o mejor dicho, Veera Suominen, quien ahora busca venganza.
Hablando de Ferdinand, quien empezó siendo un personaje odioso en la ya mencionada season premiere, y que más tarde se convirtió en un aliado inesperado para nuestras chicas, esta vez vuelve a entrar en escena como uno de esos personajes que se convierten en un mal necesario: puede que sea cierto que vaya a ayudar a Sarah a encontrar a Susan Duncan, pero solo porque al hacerlo conseguirá lo que él mismo anhela: encontrar a Rachel Duncan, prisionera de su propia madre y con la que saciaba sus peculiares gustos sexuales. ¿Qué ocurrirá cuando alcance su objetivo? ¿Volverá a ocurrir lo de Helsinki? Esperemos descubrirlo más adelante.
Nunca he ocultado que Sarah Manning sea mi clon favorita. Dicho esto, no es de extrañar si digo que tal vez esta temporada me esté gustando más de lo que debería por el simple hecho de que se estén centrando en su personaje, especialmente después de descubrir que tiene uno de esos gusanos implantados en su mandíbula. Sin embargo, que sea mi favorita no quita para que el resto también tengan un hueco en mi corazoncito, al fin y al cabo, todas son Tatiana Maslany. Como Alison, junto a su marido Donnie, por ejemplo, que forman el tándem encargado de poner ese toque de humor, a veces tan necesario y que contrasta con el tono general de la serie, mucho más oscuro, con escenas como la de Air Italia que hemos podido ver en este episodio, hilarantes hasta decir basta. Afortunadamente, y al contrario de lo que ocurrió la temporada pasada, los Hendrix parecen estar mejor integrados en la trama esta temporada y no como recurso secundario, como ocurrió en la anterior. La que parece no encajar -si es que alguna vez lo hizo- es Helena, quien mochila al hombro se encarga de enterrar en el jardín de los Hendrix el tanque de nitrógeno líquido con los embriones que se llevó de la granja Johanssen y parte hacia lo desconocido, aunque podemos deducir que en busca de su novio Jesse.
Si hablamos de los que no están, ¿qué ha sido de Shay? No quiero creer que su único propósito en la temporada anterior fuera ser el interés amoroso de Cosima. Aunque, pensándolo mejor, casi mejor que esté fuera de escena ya que así hemos recuperado a la Cosima que algunos tanto anhelábamos. La Cosima que quería hacer crazy science, aunque ahora sea con Scott y no Delphine, en la trastienda de una tienda de cómics -llamada, adrede o no Rabbit Hole Comics-. Precisamente, en relación a la muerte -sí, en cursiva, porque aunque lo de no estaba muerto, estaba de parranda lo tienen un poco manido en la serie, tengo la esperanza de que siga viva-, todavía seguimos con la incógnita de quién disparó a Delphine. Lo que me lleva también a recordar a Marion Bowles, quien al final de la segunda temporada se presentó como la madre adoptiva de Charlotte. ¿Qué ha sido de ella? ¿Cómo terminó Charlotte bajo la custodia de Susan Duncan? ¿Fue Marion Bowles la que disparó a Delphine y la ayudó a fingir su propia muerte? ¿O acaso Bowles forma también parte de Neolution?
Si ha habido algo constante en la serie, ha sido el hecho de que Kira es especial, no sólo por ser la única descendiente de una clon -estériles por diseño-, sino también porque ha demostrado en más de una ocasión que parece tener poderes. Aún no sabemos exactamente qué es lo que hace a Kira tan especial, pero desde luego parece tener un sexto sentido; parece intuir cosas antes de que ocurran o de saber que algo malo va a pasar, antes de que lo haga. Tal vez esta sea la temporada en la que descubramos al fin el porqué.
Desde que comenzó su interacción con la pequeña Charlotte, parecía que Rachel por primera vez demostraba tener corazón, o al menos la capacidad de establecer un vínculo emocional con otra persona -dejaremos a Ferdinand al margen-. O puede que solo estuviera utilizando a la pequeña para contactar con Ferdinand y así escapar del lugar en el que se encuentra cautiva. Pero cuando Charlotte comenzó a presentar síntomas de la enfermedad que afecta a las clones Leda, Rachel en verdad parecía estar preocupada. ¿Será verdad que hay un corazón tras esa coraza? Esperemos que sí.
From Instinct To Rational Control se gana con derecho propio ser el mejor episodio en lo que llevamos de temporada, y por qué no decirlo, posiblemente uno de los mejores capítulos de la serie, especialmente por presentar un equilibrio entre las historias de todas y cada una de nuestras chicas -aunque tal vez en menor medida en el caso de Helena-, por enlazar pasado y presente, por hacernos reír, y por otras razones que posiblemente me esté dejando en el tintero, pero especialmente, por haber sido uno de esos capítulos que nos mantienen en vilo de principio a fin y nos dan respuestas a preguntas que se han ido planteando a lo largo de la serie.
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