Porque sí. Porque no me mola que mole ser cool. Porque una manzanita mordida no me es suficiente para perder el culo; he aquí mis 5 razones por las que odio Apple:

Marketing: El departamento de marketing de Apple es, y me atrevo a decir sin temor a equivocarme, uno de los más eficientes. Dejando a un lado la cuestión de si necesitamos o no realmente ese nuevo producto que con tanta ímpetu promocionan, la gente de Apple tiene la fea costumbre de salirse con la suya, de meter en nuestras cabecitas la idea de que ese nuevo juguetito que han sacado y que tanto mola debe ser nuestro. Y vaya si lo consiguen. Mentiría si dijera que nunca he querido tener algún producto de Apple; aunque esto es algo que me gustaría comentar en otro punto. Yo creo que los de Apple serían capaces incluso de vendernos estiércol (decir mierda queda poco cool) en forma de gadget-megachachi-súperchulo-topeguay aunque para ello tuviésemos que fundirnos el sueldo de un mes… OH WAIT!

En relación con la última parte de este primer punto, nos encontramos con… los fanboys. Esos seres dispuestos a sacrificar lo que haga falta por defender a la empresa de la manzana mordida. Esas personas cuya mayor aspiración en la vida es hacerse con todos y cada uno de los cacharros que su empresa favorita saca al mercado. Ni que fueran pokemons, oiga. Luego, en el momento en el que uno de esos cachivaches les salga rana, es difícil verlos con el rabo entre las piernas: son capaces de defender lo indefendible. Pero eso les da igual, esos aparatitos molan mazo porque tienen grabada una manzana mordida. Be cool my friend. Realmente, el fanboyismo maquero es de los peores que he visto; aunque tiene su parte positiva: los mayores perjudicados por su fanatismo son ellos mismos que acaban con números rojos en su cuenta corriente. Pero bueno, cada uno sabrá en qué invierte su dinero…

fanboyism vs. reality

Pero si tenemos que señalar a un culpable, ese sin duda alguna, no puede ser otro más que Steve Jobs. Oh, sí. El gurú espiritual de todo buen maquero. De su boca han salido grandes perlas como aquello de que «si quieres porno, cómprate un Android» o, más recientemente, al ofrecer lo que, a mi juicio, es una infantil respuesta a los problemas de cobertura del nuevo iPhone 4, y es que «los demás también fallan«. ¡JA! ¿Es así como piensas defender esa cagada? Esa excusa me recuerda a la típica que todo estudiante ha utilizado alguna vez en su vida: «tranquila mamá, también ha suspendido el resto de la clase». Como era de esperar, esta cagada ha tenido su repercusión, incluso Samsung se lo recuerda en su nueva campaña.

Siguiendo con la línea del post, nos encontramos con las esposas. Sí, habéis leído bien: ES-PO-SAS. Y es que, como leí una vez por ahí, Apple te vende unas cadenas diciéndote que es un pasaporte a la libertad. Resulta irónico viniendo de una empresa tan hermética como Apple. De ahí la metáfora de las esposas. Ellos te dicen qué debes comprar, cómo debes pensar, cómo actuar, lo que puedes instalarte en tu iPhone y lo que no; normal que muchos opten por jailbreakearlo. Su sistema operativo, el más cerrado de todos. Sí, incluso más que Windows, ya que éste (para bien o para mal) lo podemos encontrar rulando en prácticamente cualquier ordenador. El Mac OS X, no al menos oficialmente; ejem -Hackintosh- ejem. Y es una pena, porque es una de las pocas cosas que SÍ me gustan de Apple, a pesar de su hermetismo y de no poder utilizarlo en un ordenador que no haya sido fabricado por la empresa de Cupertino.

Para terminar, y ya que estoy hablando de sus productos, otra de las razones por las que no me gusta Apple: iTunes. El hecho de tener que depender de este software para poder disfrutar de mi música es el motivo principal por el que no tengo un iPod; el único producto de Apple que me compraría con gusto. Con lo fácil que es eso de «Ctrl + C/ Ctrl + V» que tan bien funciona en mi reproductor de mp4 marca Eroski; sí, Eroski, porque los vascos vamos al Eroski, no al Carrefour, oiga. Pero bueno, esto del iTunes es algo secundario y puede que al final acabe teniendo un iPod. O no…

Atrás quedan los tiempos de la innovación. Atrás quedan los tiempos en los que te quedabas con la boca abierta al ver a tu compañero con su nuevo y flamante  iPod Classic de primera generación. Se dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, y puede que en el caso de Apple, este dicho esté cobrando cada vez más fuerza. ¿Sabéis la última? Un cargador de pilas. Tan simple como eso. Y, como siempre, venderá millones de unidades…

Pero hay una frase que soluciona cualquier disputa. Si tras leer esto me guardáis algún tipo de rencor, recordad: para gustos los colores; porque todo esto, como ya sabréis, sólo es mi humilde opinión…