Sí, ya sé: «No acostumbro a hablar sobre política en el blog». Alguna otra vez ya lo he dicho. Es más, para ser sincera, en un principio no tenía ni siquiera pensado ir a votar. En un principio, yo estaría entre ese 54% de españoles que no fueron a votar este domingo. En principio…

Pero Europa es grande, y la idea de poder tener voz (y voto) y no aprovecharlo, aunque sea para intentar que las cosas se asemejen a lo que uno cree que deberían ser las cosas, me parece que luego no da derecho para comentar lo que me gustaría comentar. Así que al final hice uso de mi derecho al voto como ciudadana de este país y de Europa, e intenté que ganaran aquellos que más se asemejaban a mi forma de pensar.

Sin embargo, más tarde comprobé que mi sentimiento inicial de apatía hacia las elecciones no eran un hecho aislado. Cada vez nos interesa menos la política, nos cuesta ir a las urnas, y así, únicamente el 43,55% de los Europeos acudimos ayer a las urnas…

Pero he empezado esta entrada diciendo que había algo que quería comentar, algo que si no hubiera ejercido mi derecho al voto no tendría sentido que dijera, ya que yo no habría hecho nada por evitar el resultado.

Por entradas anteriores, sabréis que soy zurda, y no me refiero únicamente a que uso la mano izquierda para escribir. Dicho esto, lo que me ha sorprendido de estas elecciones europeas, ha sido la victoria de los partidos de centro-derecha, pero más especialmente no me explico cómo es posible el increíble avance que han conseguido partidos de extrema derecha, en países como Holanda.

Y no porque sean de derechas, sino por ser extremistas. En un meme anterior, ya expliqué que una de las cosas que más me sacan de mis casillas son los extremos. Ni todo es blanco, ni todo es negro. Pero si es de derechas, es algo peor.

No me malinterpretéis, no soy para nada activista política, ni mucho menos, pero hay posturas que no logro entender. Tal vez mis escasos 20 años aún no sean suficientes para entender algunos aspectos, entre ellos el político, de esta vida.

En fin, que a la vista de los resultados, en lugar de desanimarme por cómo van las cosas, han logrado motivarme para la próxima vez, seguir ejerciendo mi derecho al voto y así intentar que mi utopía particular esté más lejos de ser una ilusión, y más cerca de una realidad…

P.D.: Al menos desde Suecia nos llega una noticia interesante… 😉