Como habréis podido deducir por el título, lo que en esta entrada me gustaría tratar, es algo a lo que mucha gente parece que le da miedo enfrentarse: El software libre.

Reconozcámoslo: A todos nos asustan los cambios.

A lo largo de nuestras vidas, nos tenemos que enfrentar a muchos cambios; cambios de colegio, de instituto, de ciudad… Aunque, como he dicho al principio de la entrada, hoy me gustaría hablar sobre unos cambios en concreto; los que afectan a nuestro uso del ordenador.

Me parece increíble, que aún a día de hoy exista gente que navegue con el Internet Explorer, pero lo que me parece aún más inverosímil es que, algunas de esas personas lo hagan con la obsoleta versión 6. En algunos casos, la razón para llevar a cabo esa tan imprudente acción, se debe al hecho de no tener el Windows validado, por lo que no se han actualizado al 7. Lo que me lleva a pensar, que esta gente aún no se ha enterado de que ya no es necesaria la validación para actualizar dicho navegador, y aunque lo fuera, nuestro amigo Google nos da la solución en unos clicks.

La primera opción que suena para que nuestra vida con Windows, y más concretamente, para que nuestra navegación por el ciberespacio sea más segura, no es otra que Mozilla Firefox.

Firefox, aparte de ser un navegador con una mejor seguridad que el Internet Explorer, es multiplataforma, esto es, es compatible con sistemas que corren bajo Windows, Mac OSX, y GNU/Linux entre otros. Y lo mejor de todo: Es completamente gratis.

Con este navegador, podremos seguir haciendo todo lo que hacíamos con el Internet Explorer, además de hacerlo de una forma más rápida y segura. También dispone de diversos complementos para aprovechar al máximo nuestra navegación, como pueden ser el TwitterFox, para poder twittear sin necesidad de entrar a la página principal de Twitter, o FireNES, para poder jugar a clásicos de la NES online desde el navegador; aunque esto ya sería otra historia.

Pero no sólo para navegar se usa el ordenador. También lo utilizamos para crear nuestras redacciones, presentaciones y demás. En ese caso, la herramienta más utilizada suele ser el paquete de Microsoft Office, que incluye el Word, Excel, PowerPoint y el Access. Sin embargo… ¿Cuántos de sus usuarios habituales saben que existe una alternativa? ¿Cuántos de esos usuarios son conscientes de la existencia del Open Office?

Open Office, es una suite ofimática que nos ofrece todo aquello que podemos hacer con el citado paquete de Windows, Microsoft Office. Pero en este caso es algo más, ya que es multiplataforma y de código abierto. Una buena alternativa para no tener el office pirateado, y aunque lo tengamos original, es otra forma de dar un golpe al imperialismo del tito Gates.

Sí, lo reconozco. Esta entrada tiene una clara postura pro software libre. Podría haberla escrito mucho antes, podría no haberla escrito nunca, o podría escribirla en un futuro. Sin embargo, ha sido ahora, no antes, no después, sino right now. Y como todo, tiene un motivo.

Ese motivo, no es otro que este artículo, publicado en el número de abril de Campusa, revista de la UPV, que a pesar de no prestarle mucha atención aún siendo alumna de la propia entidad, en el número de este mes, me ha sorprendido encontrarme con el citado artículo.

En él, se explica la diferencia entre freeware y software libre, y nos invitan a abrirnos al mundo del software libre mediante algunos ejemplos que yo misma ya os he citado más arriba.

Otra alternativa para meternos de lleno en el mundo del software libre sería cambiar nuestro sistema operativo, Windows, por otro como cualquiera de las distintas distribuciones basadas en GNU/Linux, aunque eso, ya sería otra historia…