L.A. Noire o cómo morir de exasperación

L.A. Noire o cómo morir de exasperación

Camuflando un montón de mierda bajo una capa de purpurina.


Los Ángeles. Años cuarenta. Persecuciones policiales, tiroteos, lucha contra el crimen… Con todos esos ingredientes tan hollywoodienses, se presenta L.A. Noire, un producto prometedor que se queda en agua de borrajas.

La cruda realidad es que nos encontramos ante un título monótono, repetitivo y aburrido hasta decir basta. Durante las horas que dura el juego, nos encontraremos haciendo exactamente lo mismo una y otra vez. Tanto es así, que es posible que sintamos una sensación de déjà vu. Todos los casos siguen una misma estructura en su desarrollo: una cinemática presenta el caso, entran en escena Phelps y su compañero -el que toque en cada departamento-, buscan pruebas, interrogan a los sospechosos, buscan más pruebas, interrogan a más sospechosos y cierran el caso. Aunque, eso sí, la recopilación de pruebas no es tarea sencilla, principalmente porque tendremos que investigar meticulosamente cada escenario y a medida que avancemos en el juego, la dificultad para encontrar todas las pistas aumentará.

Por cada pista nueva encontrada y por cada vez que demos con las respuestas correctas en un interrogatorio, Phelps adquirirá puntos de experiencia que a su vez, otorgarán a nuestro protagonista los llamados puntos de intuición. Estos puntos de intuición los podremos utilizar en caso de que la investigación del caso se nos atragante, ya sea en los interrogatorios para bordar la acusación, ya sea en el escenario del crimen para que todas aquellas pistas que debamos encontrar nos aparezcan señaladas en el minimapa. En la mayoría de los casos, no es necesario hacer uso de esta habilidad dado que el propio juego nos indica la ubicación de las pistas cuando las tenemos cerca, aunque esta es una opción que podemos cambiar.

En cualquier punto del juego, Phelps podrá conducir cualquier coche de su elección, e incluso podrá confiscar, placa en mano, cualquier vehículo que considere oportuno. Cambiar de coche cada dos por tres hasta desbloquear los 95 modelos repartidos en el juego parece ser lo que los de RockStar deben de entender por «entretenido». Lo mismo ocurre si queremos recolectar las 50 latas doradas ocultas, repartidas a lo largo y ancho del mapa. ¿Cuál es la recompensa por tan ardua tarea? Más allá de desbloquear el logro de turno, ninguna. Las 50 latas doradas no aportan nada a la historia. Al menos los 13 periódicos coleccionables repartidos a lo largo de los casos sirven para conocer más detalles sobre la historia, aunque estos no nos darán ningún logro. En cualquier caso, si a pesar de todo los queremos encontrar, resulta imperativo que recorramos el mapa con exhaustiva minuciosidad.

L.A. Noire: descripción gráfica

Para remediar la monotonía que supone jugar a L.A. Noire, podemos optar por resolver alguno de los crímenes callejeros que se reparten a lo largo del juego y que iremos desbloqueando a medida que avancemos en el mismo. Sin embargo, es una pena que la diversidad de estos crímenes callejeros brille por su ausencia: cuando no se trata de una persecución en coche, es un tiroteo y si no, los dos a la vez. Así hasta resolver los 40 crímenes callejeros repartidos por el extenso mapa de Los Ángeles.

Pero no todo iba a ser malo en L.A. Noire. Si hay algo que no le podemos reprochar es el excelente apartado gráfico. Las técnicas de reconocimiento facial utilizadas para capturar el movimiento de los actores reflejan a la perfección cada uno de los detalles del rostro de los personajes, aspecto de vital importancia a la hora de abordar los interrogatorios, para así poder determinar si nuestro interrogado miente, o dice la verdad. Asimismo, cada detalle de la ciudad ha sido cuidado al extremo, como la banda sonora, que ayuda a la ambientación de esa atmósfera de cine negro que emana el título de RockStar.

Walter Bishop: de Fringe a L.A. Noire

El hecho de que el nombre de RockStar esté casi irremediablemente asociado a la saga Grand Theft Auto no le hace justicia a L.A. Noire, ya que a pesar de que es cierto que podemos destrozar el mobiliario urbano, en el caso de L.A. Noire ese tipo de acciones tan poco cívicas le harán un flaco favor a nuestro protagonista. Pero eso no es lo peor, lo peor es que el mayor problema de L.A. Noire es que el contenido no supera al continente, a pesar del excelente apartado gráfico, es un título que flojea en todo lo demás. No siempre los aspectos positivos superan a los negativos en un juego y L.A. Noire es un claro ejemplo de ello.

  1. Retrospect

    agosto 8

    Creo que te quiero xD

    Con respecto al texto, totalmente de acuerdo en todo. Cuando escribí sobre L.A. Noire yo en su día lo comparé con un caramelo con sabor a mierda pero con un envoltorio muy bonito. Que en realidad viene a ser casi lo mismo que dices tu, pero lo tuyo es mas sutil y bonito 😀

  2. Ariane Lazaga

    agosto 9

    @Retrospect: Touché xD

    Joe, y yo que pensaba que estaba siendo dura con él, veo que al menos no soy la única. También podría haber dicho algo como «un gran montón de mierda envuelta en purpurina» pero ese tipo de comentario lo haría más por las redes sociales: en el blog intento ser más «neutral». 😉

    Saludos y gracias por pasarte. 😀