Enganchados

Enganchados

Miro a mi izquierda: una BlackBerry. Miro a mi derecha: un iPhone. Miro al frente: un HTC con Android. Vivimos una…


Miro a mi izquierda: una BlackBerry. Miro a mi derecha: un iPhone. Miro al frente: un HTC con Android. Vivimos una época en la que los teléfonos móviles cada vez se usan menos para hablar y más para navegar, aquellos móviles Nokia con el mítico snake ya no son más que un reflejo del pasado, y cada vez son más los llamados smartphones los que ocupan el mercado de estos dispositivos.

Hubo un tiempo en el que tener un teléfono móvil era lo más de los más. Un nuevo aparato tecnológico con el que poder llamar desde cualquier lugar; el teléfono móvil supuso un auténtico boom en el campo de las telecomunicaciones.

A pesar de todo, los primeros modelos dejaban todavía mucho que desear. Ladrillos, como se denominaban a los modelos que por aquel entonces eran los más actuales, tenían una función básica: llamar para comunicarse. Hoy en día, estos dispositivos han avanzado tanto que ya no sólo se utilizan para llamar estés donde estés sino también para navegar por internet, con todo lo que eso supone.

Aunque este ya era un tema del que me interesaba hablar desde hacía tiempo, el reciente incidente con las BlackBerry hace que esta entrada cobre mayor sentido, y es que la dependencia de los jóvenes (entre los que me incluyo) sobre estos aparatos ha ido en aumento en los últimos años.

WhatsApp, GTalk, correo, messenger, Twitter, Facebook; vivimos en el siglo XXI, enganchados a las redes sociales. Vivimos en una época en la que, para bien o para mal, nos cuesta desconectar. Precisamente, una de las mayores ventajas (o inconvenientes, según se mire), es que estamos localizables las 24 horas del día, o mejor dicho, el tiempo que nos dure la batería. Precisamente, una de las desventajas de los llamados smartphones, es que la batería dura un suspiro si lo usamos al límite de sus posibilidades. ¿Recordáis aquella época en la que podíamos pasar toda una semana sin recargar la batería? Intentad hacerlo con un smartphone conectado a internet todo el día…

El hecho de estar localizables, de alguna forma, rompe con el encanto de las propias relaciones interpersonales. Podemos saber en cualquier momento y en cualquier lugar (siempre y cuando contemos con cobertura 3G) el paradero de una persona. Hoy en día, si no localizamos a alguien posiblemente sea porque esa persona quiere que así sea, porque formas, haberlas haylas.

Somos la generación WTF: Wikipedia, Twitter y Facebook. Hoy en día, resulta difícil encontrar a alguien sin uno de estos aparatos, jóvenes en su mayoría. Ahora, el raro es el que no tiene un smartphone. Y esto es así, nos guste o no. Dependemos de la tecnología, quizá más de lo que nos gustaría a nosotros mismos. Pero la realidad está ahí, y es que, en muchas ocasiones, los avances se dan a una rapidez vertiginosa.

Lo digital está a la orden del día, las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos, tenemos una identidad digital de la que muchas veces no somos conscientes. No somos conscientes de la cantidad de información que damos sobre nosotros mismos a través de las llamadas «redes sociales». Tal vez pensamos que no son más que unos y ceros y no nos damos cuenta de la verdadera dimensión que puede alcanzar todo esto. Al final, llegará un día en el que lo analógico dejará de existir y nos guiaremos únicamente por esos unos y ceros…

Al final, mucho smartphone y mucha tecnología pero para lo que verdaderamente es importante, lo mejor es siempre dar un telefonazo, ¿O no? 😉

Imagen | MorgueFile

  1. Tiex

    noviembre 10

    Los niños de ahora no saben lo que es quedar a una hora y en un sitio, pero programandolo el día anterior o la semana anterior, e ir a ese sitio y esperar hasta que llegue la otra u otras personas, sin poder hacer perdidas para que sepan que estas allí o mandarlas un Whats Up para decírselo o llamarlas para ver por donde van, simplemente esperar hasta que lleguen.

    Yo he vivido las dos épocas y tengo que decir que ahora es mucho mas fácil, eso si, pero que esta bien haber vivido las dos cosas para saber realmente lo que conlleva. Los niños de ahora, con móviles desde los 12 o 13 años – sino antes – cosa que no veo normal, el día que les falte el móvil, se les va a caer el mundo encima.

    Mi primer móvil lo tuve en 1999, aunque el boom de los móviles veniía de un par de años antes, que es cuando la gente empezó a comprarlos. Yo tardé algo más en hacerme con un móvil. Actualmente tengo un Motorola Defy con Android y como bien dices, estoy todo el día conectado, hasta que la batería dice basta y no es que dure mucho…

    Buen artículo, me ha hecho reflexionar 😉

  2. Roy Ramker

    noviembre 10

    Sabias palabras Nancy, los tiempos han cambiado una barbaridad en muy poco tiempo, cuando pienso o recuerdo en mi infancia y lo comparas con los niños de hoy da la impresión que somos de la época del Cro-Magnon, cuando en realidad apenas han pasado 10-15 años. ¿A dónde vamos a llegar? Conozco a niños pequeños de 10 años que tienen tele en su cuarto, móvil, ordenador, consolas, bici y mil jugetes más y se pasan el día sentados delante del TV porque se aburren y no saben a que jugar O_o

    Como me ha gustado lo de la generación WTF 😀

  3. aroa (@aroaspirin)

    noviembre 10

    Que coño telefonazo?? lo mejor quedar para un café o una caña… o una buena cogorza si es necesario!! jajaja

  4. jackieguitar27

    noviembre 10

    Yo añadiría un punto más: ¿Y los E-Book? Ya hasta disfrutar de un buen libro lo hacemos mediante la pantallita…¬¬

    Somos la generación de internet, de los adelantos en tecnología, las conexiones megachachis y el móvil pegado a la oreja….y no nos damos cuenta de que todo eso nos está comiendo.

    Lo importante siempre es mejor si es a la cara 😉

  5. Nancy Callahan

    noviembre 10

    @Tiex Una de las razones por las que me animé a escribir esta entrada. Yo también he vivido eso de no poder saber exactamente dónde está esa persona con la que has quedado, con la que sólo podías quedar llamando al teléfono fijo.

    Yo he llegado a ver niñas de 10 años, truestory, con móviles… No eran smartphones, pero viene al caso. Mi primer móvil lo tuve a los 14, era un Siemens M35i si mal no recuerdo, en pleno auge de la moda de los sms…

    Ahora, yo tengo un HTC Wildfire S, y como comento, conectada… hasta que la batería (o la cobertura) lo permita 😉

    @Roy Ramker Lo de la generación WTF está sacado de Twitter, pero después de tantos RT, no sé el autor original…

    Al final, va a terminar desapareciendo lo analógico y nos quedaremos sólo con lo digital. Verás… 🙄

    @aroaspirin Mujer, pero para saber dónde y cuándo quedar le tendrás que llamar antes, ¿No? 😛

    @jackieguitar27 Lo de las tablets y demás da para otra entrada. En esta ocasión me he querido concentrar más en el combo «smartphones + redes sociales», viendo lo que veo día a día… 😉

    Saludos

  6. No veo demasiado problema realmente. Se vive y depende de la tecnología tanto como uno quiera. Si realmente sólo sé de una persona por lo que veo en redes sociales y demás será que tampoco ha sido tan importante hasta el momento en mi vida, por tanto no es necesario llegar al trato humano del «verse»:

    Si en cambio alguien con quien sí trato y ya hay confianza empiezo a verlo más por redes sociales que en persona es posible que pronto pase a conocido más que amgio/amiga o lo que sea.

    Se corre el riesgo de sobre-proteger lo presencial. Hubo hace no mucho un programa de Redes bastante interesante en el que diversos estudios demostraban que eso de tener pocos amigos pero buenos no es tan beneficioso como tener muchos. Ojo, no digo que me guste más o menos. Sólo digo que hay estudios que señalan que eso de tener muchos «amigos-conocidos» es mejor para el bienestar emocional de una persona que tener pocos «amigos-amigos». Mera cuestión de proporción de alegría-tristeza que se recibe al estar en un sólo círculo o muchos. Insisto, no es mi caso, que teniendo como tuve madre gallega se me pegó lo de «piensa lo que dices, pero no digas lo que piensas», pero es plenamente comprensible que haya gente que vive bien y feliz con ello.

  7. Tienes toda la razón, este pasado fin de semana, estuvimos cenando unos amigos y luego fuimos a un pub a tomar algo, y en la entrada del pub la mayoría de jovenes con las BB y los smartphones chateando, con lo que se hace hasta díficil ligar si no es a través del dichoso telefono. En fín yo suelo hacer uso del telefono, pero como dices @nancycallahan88 para lo importante pues pego un telefonazo, que como decía el anuncio de moviline (Lo importante es poder hablar).

  8. Maeglin

    noviembre 14

    Siempre siempre es más calida la voz de una llamada al más ingenioso o caliente de los tweets, wassup etc. por eso la radio sigue ahí, porque la voz nos hace sentirnos cerca e intimos. Muy de acuerdo con que merece más la pena un telefonazo medieval a cualquiera de estos nuevos gadgets sin alma, herederos y continuadores del mesenger vía movil.

  9. GredXII

    noviembre 14

    El problema (y como ya sabes hace tiempo que lo llevo diciendo) es el uso que se le da a la tecnología que tenemos a nuestro alcance. Recuerdo que al principio los «ladrillos» servían para comunicarse con los demás, en esos lugares donde uno no disponía de teléfono fijo (véase el pueblo, o la montaña); poco a poco fue el sustituto del teléfono fijo de casa de tus amigos (ya no había excusas para no avisar de que ibas a llegar tarde a casa, y hoy en día sirve para que los jóvenes (y no tan jóvenes) adquieran una dependencia terrible a estos aparatos.

    Buena reflexión

  10. Nancy Callahan

    noviembre 14

    @Cris_RoLan Discrepo completamente. Dependemos más de lo que nos gustaría. Vivimos rodeados de tecnología, cada vez más avanzada, y si lo que realmente quieres es no tener que depender de ella, mejor empezar a buscar una cabaña en mitad del monte porque quien no se adapte a los nuevos tiempos es lo que va a conseguir.

    Nada, repito NADA podrá sustituir al cara a cara y las relaciones interpersonales, ninguna red social. Lo que sí pueden hacer es ayudar a mantener el contacto.

    @GomezDescals Moviline, me acuerdo de eso. ¿Me convierte eso en mayor? xD

    Al final, acabaremos pasando nuestra consciencia a un ordenador, convirtiéndonos en unos y ceros, como casi lo hizo Belly ;-P

    @Maeglin Y te lo dice alguien enganchadísima (como el propio título indica) a estas cosas, pero, siendo objetivos, SIEMPRE es mejor el cara a cara.

    Recuerdo cuando todavía sólo me podía conectar al MSN un rato por la noche para comentar las jugadas del día y ver en lo que se ha convertido ahora…

    @GredXII Posiblemente sea lo que dices y es que hacemos un mal uso de la tecnología que tenemos a nuestro alcance… 🙄

    Saludos

  11. Nancy Callahan

    noviembre 14

    @Retrospect Sin ánimo de ofender, te diré que como tú quedan pocos, pero haberlos haylos en mi clase tengo a más de uno (y de una…) 😉

    El caso es que los móviles y la tecnología en general avanzan más rápido de lo que nos gustaría hoy en día…

    Bienvenido por estos lares ;-P

    Saludos

  12. Retrospect

    noviembre 14

    La verdad es que yo nunca he concebido el móvil mas haya de «llamadas y mensajes» Ni aplicaciones, ni reproductor de música, etc…Como mucho la cámara para hacer alguna foto y algún vídeo y ya.

    Un ejemplo es que ahora mismo tengo un Sony Ericsson muy normalito (el anterior se me rompio, todo hay que decirlo, pero este no lo he cambiado xD) y siempre que me he cambiado el móvil le he dicho a mi hermano «cogemelo tu, que a mi me da igual, con tal de poder llamar y enviar mensajes…» De hecho, creo que si a mi me dieran un iPhone o un HTC, seria la persona que mas los desaprovecharía del mundo, porque a mi la mayoría de las cosas me sobran, pero entiendo que a muchos os guste que lleven 1000 cosas.

  13. […] de que las nuevas tecnologías estén a la orden del día, debemos tener cuidado de no terminar enganchados, aunque siempre tenemos la posibilidad de disfrutar de una película, incluso doblada, aunque […]