Empiezan las vacaciones…
El pasado viernes por fín algunos conseguimos las deseadas vacaciones de verano. Aunque no tendremos un verano como el que habríamos…
El pasado viernes por fín algunos conseguimos las deseadas vacaciones de verano. Aunque no tendremos un verano como el que habríamos deseado ya que a algunos (como yo) nos han quedado algunas asignaturas pendientes.
En un principio, cuando empecé el blog me dije a mi misma que no hablaría de mi vida pero es que de la emoción no lo he podido evitar.
Como buenos universitaros, el pasado viernes tras el último examen final nos fuimos de fiesta hasta las tantas de la mañana (y muchos otros hasta más tarde… Que nos hemos enterado…).
Y en las vacaciones… Muchos se van a la playa. Y yo pregunto… ¿De dónde vienen esas ansias de pasarse 10 horas en la carretera en caravanas de varios kilómetros (en ocasiones) para pasar un par de días en la playa? Con lo desagradable que es la arena y encima suelen estar llenas hasta la bandera en esta época. Y es aún peor si se va con los niños.
¿Hemos llegado ya?, esa es la frase que se oye cada tres segundos viajando con niños en las vacaciones. ¿Y todo para qué? Para parecer cangrejos tras pasar el día al sol, para no tener dónde clavar la sombrilla y para perder el moreno casi en el tiempo que tardamos en volver a casa o si no al volver a las tinieblas del pueblo, donde más que verano parece un invierno eterno y nuestro moreno desaparece a la misma velocidad con la que se propaga un rumor.
Eso por una parte, si no hemos tenido que aguantar al típico chulito de playa. Ese que va marcando abdominales y se cree que somos tontas y no nos damos cuenta del calcetín que lleva a modo de paquete entre las piernas. O los grupitos de chavales que se van con el «loro» a la playa y se ponen justo a tu lado tocando las narices.
Otra cosa que no me gusta del verano es lo de las gafas de sol. Es cierto que debemos proteger nuestros ojos del sol ya que puede dañarnos la vista pero hay gente que las usa no sólo cuando hace sol sino para cuando van a la discoteca. Yo les pregunto… ¿Dónde ven el sol? Porque en la «disco», que yo sepa estas en un sitio cerrado y lo que deberías hacer no es ocultar tus ojos ya que si lo haces no ves ni papa. Lo que deberían taparse algunos son otras partes del cuerpo, al menos que disimulen un poco en la playa mientras se les cae la baba. No sé si me entendéis.
En resumidas cuentas, no me gusta el verano, ni el calor ni la arena ni el afán por ponerse morenos. Con lo nocivo que es para la piel y lo desagradable que es que la arena se te meta por todas partes y lo pegajosa que te quedas por la crema protectora y lo mucho que te casca el pelo. Pero bueno como es sabido esta sólo es mi humilde opinión…
NOTA: No sé si os habréis dado cuenta de que ésta entrada era algo parecido a un monólogo de humor, aunque sé que la comedia no es lo mío, nada pierdo por intentarlo… 😉
Comentarios desactivados