Hace ya un par de días que terminé de ver esta revelación del año. Revelación se queda corto. Ésta visión sobre el género humano y sus relaciones. O, al menos, a mi parecer, eso es lo que me ha parecido esta serie.

¡No me digáis que todavía no sabéis quién es Dexter! Ya estáis tardando en leeros la sinopsis:

Dexter es un forense especializado en la sangre del Departamento de Policía de Miami. También es un fiel novio, un divertido padrastro, un hermano confidente y un friki de la sangre para algunos; pero todo esto no son más que papeles que, voluntariamente o no, desempeña de cara a una sociedad que no le aceptaría: Dexter es, y lo sabe, un monstruo, un psicópata, un cuerpo sin alma, frío, calculador; un asesino en serie.

O no. Él disfruta de ello. Como a él le gusta decir es, simplemente, Dexter.

Una vez conocemos a Dexter, descubrimos que no hay nada que lo inmute, que perturbe sus sueños, ya que ni siquiera los tiene; ni siquiera ningún sentimiento que no es capaz de poseer: ni el amor hacia su novia o hermana, ni los atroces crímenes a los que acude en su trabajo, ni sus víctimas.

Dexter está vacío, y lo único que alguna vez le ha causado placer es la caza, lo que nadie sabe ni ha sabido excepto su padre, al único al que pudo confiar su secreto desde su infancia.

Pero Dexter no es un asesino en serie al uso, ya que si bien comparte motivaciones (el placer de la caza), gracias a su padre adoptivo posee unos principios sólidos, cuestionables o no, pero que como solía decir aquél, Harry Morgan, policía, le mantienen vivo.

Dexter es un monstruo, es incapaz de sentir nada… ¿O puede que no? En realidad está continuamente intentando encontrarse a sí mismo, quién era, por qué ahora él es como es; un asesino que mata sin escrúpulos, aunque eso sí, siempre siguiendo el código que Harry, su padre adoptivo, le enseñó: «Mata sólo a aquellos que se lo merecen».

Y es que, aparte de que sea lo que es, un asesino, tiene sus principios. Pueden ser cuestionables o no, pero los tiene. Se podría decir que Dexter está ahí para limpiar las calles de la basura que la Justicia deja libre.

Precisamente esa idea de «asesino justiciero» es lo que yo creo que engancha tanto a la gente. Dexter es un asesino, de acuerdo, mata a la gente, es cierto, pero sólo a aquellos que son realmente «malos» y hacen daño a otras personas.

A pesar de ser lo que es, un asesino, yo me identifico con Dexter en algunos aspectos. Esas situaciones junto a su novia Rita, por ejemplo, en las que no sabe exactamente qué hacer, qué decir o cómo reaccionar nos muestran el lado más «humano» de esa bestia incapaz de sentir y puede que sean esos pequeños detalles lo que enganche tanto de la serie.

Recomendable, MUY recomendable, pero eso sí, la cosa se pone interesante a partir del episodio 5, lo cual, está claro, no os mostraré aquí…

Saludetes.

P.D.: os dejo con el opening de esta grandísima serie.